perros y niños

El perro, el mejor amigo de los niños

Si hay algo en común en la mayoría de niños es que, a cierta edad, se mueren por tener un perro en sus vidas.

Esta decisión, difícil decisión, debe ser consensuada por todos los miembros de la familia, ya que absolutamente todos deberán implicarse en el nuevo miembro de la familia.

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Quiero tener un perro

Antes de tomar la decisión, los padres deben sentarse con los niños para explicarles y concienciarles sobre la responsabilidad familiar que supone tener un perro.

Por una parte, supone un gasto económico para los padres: gastos veterinarios, alimentación, cuidados, etc. y conjuntamente con el niño hay una responsabilidad educativa y de rutinas de paseos, de comidas, etc.

Sobre todo hay que dejar claro al más pequeño de la casa que el perro es un ser vivo que tiene unas necesidades que hay que cubrir, y que dependerá de su familia humana durante toda la vida del perro (una media de 12 años), y que no debe confundir ni de lejos con un juguete más, porque el animal es un ser con emociones que sufrirá para bien o para mal las experiencias que viva con esa familia.

Dicho esto, y cuando la decisión esté tomada, jamás debe plantearse la adopción de un perro por capricho, es decir, quiero esta raza porque es la que me gusta.

No cualquier perro

Siempre debemos decantarnos por razas que toleren a los niños, ya que no todas las razas se adaptan a ellos.

Razas como el Chow Chow o como los chihuahuas se estresan muchísimo con los más pequeños de la casa, por tanto, te invito a que descubras cuáles son los mejores perros para niños.

A partir de aquí, la aventura de criar y educar a un perro es algo fascinante para los niños, siempre y cuándo se les eduque a relacionarse con perros (hay que recordarles siempre que no es un juguete, que el perro necesita su espacio para dormir, para comer, para descansar, etc., que necesita sus paseos y con el que poder jugar la mayoría del tiempo).

La decisión de tener un perro se convierte en un aprendizaje para el niño brutal: aprenderá valores como la fidelidad, el amor incondicional, el vivir el presente, el divertirse, la responsabilidad, etc. y con el tiempo aprenderá que, a partir de ese día, no podrá volver a vivir sin perro.

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