Carlino

Origen
El pug, carlino o doguillo, tiene un origen oriental, concretamente en China, y su parecido al pekinés de pelo raso y las estatuillas chinas que representan el guardián de los altares y los hogares, parece corroborar esta teoría. Se calcula que se originó en el año 1000 a.c., convirtiéndose en una de las razas más antiguas que se conocen. Más tarde, el pug fue llevado a Holanda, donde se propagó rápidamente por Europa durante los siglos XVI y XVII, convirtiéndose en la mascota ideal de los aristócratas de la época. En el siglo XIX su popularidad fue decayendo, y la aristocracia de la época fue decantándose por el pekinés, y no ha sido hasta hace pocas décadas, cuando el carlino ha vuelto a convertirse en el perro de moda de muchas familias.

Apariencia
El Pug es un perro pequeño y cuadrado, de cuerpo corto, musculoso y compacto. Sus ojos son una seña de identidad de la raza: oscuros, brillantes y muy grandes, y también son una seña de identidad su morro chato que provoca que ronque mientras duerme, y su cola rizada.

Pueden ser de color plata, leonado, albaricoque o negro. El hocico, las orejas, lunares en las mejillas y marca en el pulgar son negros, así como las uñas. El pelo es liso, suave, corto y bastante brillante. Llama la atención que con tan corto pelo suelte tanto.

Es característica también la forma de caminar: muy simpática y vivaracha, que recuerda mucho al andar de los caballos andaluces.

Temperamento
Son dóciles, confiados, amables y amistosos. Por otra parte, se trata de perros muy inteligentes, pero bastante testarudos. Suelen demandar mucho cariño humano, por lo que no es difícil que intenten estar todo el día al regazo de su dueño. Son juguetones, por lo que son recomendables para hogares con niños, y suelen llevarse muy bien con otros perros. No suelen morder nunca.

Salud
El Carlino es un perro delicado ya que es propenso a cierto tipo de enfermedades. Los ojos son bastante delicados (especialmente la córnea), ya que la ser grandes y no tener apenas hocico, suelen golpearse co asiduidad. Su nariz, reducida y chata, hace que tengan tendencia a sofocarse con frecuencia, sobretodo en espacios con temperaturas altas. Requieren de una limpieza minuciosa de los pliegues del hocio para evitar infecciones bacterianas. Son propensos a tener problemas alérgicos, de piel y de sobrepeso, pues son muy tragones. Dan la sensación de tener siempre hambre. A pesar de esto su esperanza de vida supera los 12 años.

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