Westy

El Westy: un perro pequeño pero valiente y amigable

El West Highland White Terrier, que traducido sería como el Terrier Blanco de las Tierras Altas del Oeste, y que comúnmente llamamos Westy, debe su nombre a su origen: Escocia, a los que los lugareños buscaron este nombre tan largo para ubicarlo en un sitio concreto de este país..

El Westy es una raza bastante popular que solemos encontrar casi en cualquier sitio y tiene una característica muy peculiar: su simpática y recta cola muy particular en ellos. Por cierto, afortunadamente se ha prohibido el corte de colas en perras, porque el Westy siempre fue un perro al que le cortaban la cola para que ésta estuviera recta mirando al cielo. Por fin, esta práctica tan atroz que solo respondía a caprichos estéticos ya está prohibida.

Como bien reza su nombre, absolutamente todos los Westys son blancos. Es descendiente del Cairn Terrier, solo que los cazadores lucharon hasta conseguir mantener el blanco en esta raza para diferenciarla de las presas que cazaban.

Su cara simpática enamora. Con ese pelaje blanco, los ojos y la trufa negra destaca en su cara, y sus pequeñas orejas erguidas le dan un aspecto travieso que conquistan a cualquiera.

Como Terrier que es, es un cazador nato. Este hecho, provoca que sus características temperamentales sean totalmente las de un Terrier: valiente, alegre, muy activo, terco, amigable, etc. Esto provoca que a la hora de educarle haya que tener más paciencia y perseverancia con él.

Es un perro que se adapta a la perfección en un piso pequeño debido a su tamaño, 30 cm. de alto como mucho, llegando a pesar 10 kilos como máximo, eso sí, al ser un terrier con una energía importante, no debemos olvidar nunca que se originó para correr tras una presa, por lo que necesitará diariamente de una actividad física importante, pero también será importante estimularle mentalmente para evitar que se aburra, ¿cómo?, con juguetes y juegos.

Los cuidados diarios de un Westy son sencillos: un buen cepillado para eliminar el pelo muerto, algún corte de pelo cada cierto tiempo y, muy importante, no abusar de los baños, ya que los Westys tienden a sufrir problemas de sequedad en la piel.

Lo ideal es limpiar al perro con toallitas y bañarlo siempre que se puede una vez al mes como mucho. Al ser blanco, las zonas que más se ensucian son los lagrimales y el hocico, por lo que una limpieza diaria a base de toallitas es suficiente para mantenerlo blanco e impoluto.

¿Y de salud? Como todos los perros de raza hay problemas genéticos que pueden aparecer en algunos ejemplares del Westy.

Son comunes si en ambos perros (madre y padre) el gen está presente la osteopatía craneomandibular, que es un crecimiento anormal de la mandíbula cursando dolor, que suele darse entre los 3 y los 12 meses, y que suele remitir cuando el perro llega a la adultez y termina de crecer, mitigando el dolor con tratamiento. En un pequeño porcentaje, encontramos ejemplares en los que la mandíbula nunca deja de crecer por lo que la única solución es la eutanasia.

Otro problema debido a la genética es la enfermedad hepática debido al depósito de cobre. Es importante pedir un análisis al veterinario sobre los depósitos de cobre durante el primer año de vida del perro para poder ir controlando este tema, de lo contrario, si llegamos tarde, podemos causar un fallo hepático que lleve a la muerte del animal.

Como ves, el Westy es un perro perfecto para convivir en un piso siempre y cuando se le aporte el ejercicio físico suficiente.

¿Quieres más información sobre esta raza? pues nada mejor que recomendarte el blog Diario Westy, donde podrás seguir la vida y aventuras de Pixel. Seguro que en su blog aprenderás muchas cosas para cuidar, alimentar y educar a un Westy.

 

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