De toda la vida hemos pensado que el perro y el gato se llevan mal.
Cuando dos personas no se llevan bien siempre se suele decir que «se llevan como el perro y el gato», pues bien, perros y gatos pueden convivir pacíficamente.
Que un perro persiga a un gato es totalmente normal ya que es un acto totalmente instintivo.
Si el perro está en su casa quiere protegerla, al querer defender su territorio ladra al gato para avisarle, el gasto suele huir y empieza la persecución.
Comienza así una relación de gato = persecución que durará toda la vida si no se educa, por eso hoy quiero enseñarte cómo debes educar a tu perro para que se lleve bien con los gatos de casa.
Educar a un perro a convivir con gatos
Cuando cachorros perros y cachorros gatos crecen juntos, la relación entre ellos es adorable.
La cosa cambia cuando crecen. Si bien un perro adulto no hará nada a un gato pequeño, los gatos sí pueden dañar a un cachorro pequeño.
De sobra se sabe que los gatos tienen un carácter peculiar: son independientes y ante la llegada de un ser nuevo a la familia se presentan distantes y hasta molestos con el recién llegado.
Nuestra recomendación es la siguiente: coloca el cachorro en una jaula y déjala cerca de los gatos para que éstos lo huelan y tomen confianza con el recién llegado sin necesidad de tocarle ni que se sientan incómodos.
A la media hora, deja que el cachorro salga y bajo ningún concepto dejes de quitar la vista sobre el cachorro, ya que los gatos al querer defenderse podrían lastimar al cachorro con un arañazo.
No es la primera vez que a un perro hay que extirparle un ojo debido a un zarpazo de un gato, por tanto, observa de cerca al cachorro, y edúcalo para que respete el espacio de los gatos.
Vigila que el cachorro no toque los juguetes de los gatos, pues éstos son muy celosos de sus pertenencias.
Con el tiempo observarás que la relación entre ellos se irá afianzando convirtiéndose en una relación adorable.
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