Durante las últimas décadas ha crecido enormemente la población vegetariana. Ya sea por querer alimentarse mejor o por una convicción ética, los seres humanos deciden no comer carne, sin embargo, muchos de ellos, arrastran a sus perros a serlo también.
El ser humano por naturaleza es omnívoro y el hecho de ser vegetariano es una decisión individual. El perro es un animal carnívoro, que está siendo omnivorizado por el hombre. La historia de la evolución ha desarrollado una fisiología concreta a cada animal según su estilo de vida. Así, los seres humanos tenemos una dentición preparada para triturar, mascar y cortar alimentos, mientras que la dentición del perro está preparada para cortar, desgarrar y despedazar alimentos. Carecen de molares, que sirven específicamente para triturar vegetales. En cuanto al tracto digestivo, mientras en los seres humanos está preparado para la digestión de una variedad de alimentos importante, el tracto digestivo de un perro está preparado para la digestión de carne. Mientras nuestro sistema digestivo es muy largo, dado que los vegetales tienen una digestión más lenta (por ejemplo, un animal herbívoro como la vaca tiene hasta cuatro estómagos para deshacer sus alimentos), la digestión del perro es muy corta. De hecho tienen unos jugos gástricos mucho más ácidos que los nuestros. Sus digestiones son de 10 minutos.
Teniendo en cuenta esto, es muy poco recomendable obligar a ser un perro lo que no es. Siempre defendemos el respeto por la naturaleza de cada especie. Es una incongruencia que como seres humanos, por un tema ético no queramos comer animales para defenderlos, y sin embargo, obliguemos a los perros a ir en contra de su naturaleza. Respetamos por un lado, pero no respetamos por otro.
En este sentido, debemos utilizar el sentido común. Ser vegetariano es una decisión individual que debe afectar a la propia persona. Querer alimentar a un perro solo con vegetales le afectará en su salud enormemente, ya que el perro necesita como mínimo un 80% de proteína animal para estar bien nutrido. En su naturaleza salvaje, un perro cazará animales y se los comerá. Y si come vegetales, los comerá de los intestinos y estómagos que pueda comer del animal que está devorando. No veremos jamás un perro salvaje comer zanahorias en un huerto.
Por tanto, un perro como animal carnívoro debe alimentarse como tal y, ante cualquier variación en su alimentación, sobre todo si es un cambio tan drástico, es fundamental que se consensúe con el veterinario, y éste, vaya haciendo un seguimiento rutinario del animal.
