Durante las últimas décadas, los diferentes tipos de cáncer en perros se ha multiplicado de forma vertiginosa. No es una casualidad, y es que nuestros perros también sufren los avances de una sociedad cada vez más peligrosa para la salud: alimentación de muy mala calidad, un aire más contaminado, la exposición a químicos en el hogar (ambientadores, detergentes, etc.), por eso, y como pasa con los seres humanos, detectar un cáncer a tiempo puede salvar la vida a tu perro. Pero, para detectarlo, debes tener en cuenta ciertas señales:
- Protuberancia o inflamación que persiste o crece son el tiempo. El signo más evidente es una masa, protuberancia o bulto que crece bajo la piel. Cualquier veterinario que no dé con un diagnóstico seguro, necesitará hacer una biopsia par comprobar si es benigno o no. Si el tumor es benigno, es sin duda la mejor noticia, sin embargo, si es maligno, se deben plantear la situación para saber cómo obrar.
- Heridas que no cicatrizan. Suelen ser bultitos, úlceras o llagas que sobresalen en la piel y que muchas veces se confunden con dermatitis. Sin embargo, ante la aplicación de pomadas o antibióticos, hay curación, mientras que si se trata de cáncer esas heridas o bultitos no acaban de sanar nunca.
- Pérdida de peso. Ocurre repentinamente y sin ninguna razón que lleve a que el perro de un día para otro deje de comer y tenga inapetencia.
- Pérdida de apetito. Puede que tu perro coma porque le obligas, sin embargo, pierde apetito hasta por alimentos que le volvían loco.
- Dificultad para tragar o comer. Un tumor en el esófago provoca que el perro no pueda digerir con facilidad.
- El sangrado de cualquier orificio del cuerpo. Un oído sin otitis o el sangrado en la nariz pueden ser señales de cáncer, aunque la nariz también puede sangrar sin tener un tumor.
- Un fuerte y nauseabundo olor. Un olor muy fuerte puede prevenir de un abceso de pus de algún tumor, sin que hayas caído en la cuenta de que existía. Ante cualquier duda, una consulta a tiempo siempre es positiva.
- Pérdida de energía y fatiga. Un perro al que no le apetece correr o realizar ejercicio como de costumbre, es signo de que algo va mal.
- Cojera. Un tumor puede originar una cojera importante en cualquiera de los miembros inferiores o posteriores del perro. Una cojera que no sana ante el tratamiento con calmantes, sesiones de fisioterapia, etc. es un signo claro de cáncer.
- Dificultad para respirar, orinar o defecar. Cuando un perro lleva días con dificultad para hacer sus necesidades o bien respirar, es vital acudir cuanto antes al veterinario.
Todas estas señales con claros ejemplos de padecimiento de cáncer, sin embargo, que el perro alguna vez sufra algunos de estos síntomas no tiene por qué ser cáncer. Con este post pretendemos, en la medida de lo posible, poder salvar vidas ante una prevención precoz por parte del propietario. Muchas veces, hasta los facultativos fallan en sus diagnósticos, por eso, tener información a mano siempre es un lujo de cara a poder aportar información al veterinario sobre el estado de nuestro perro.
