Las enfermedades de transmisión sexual no son exclusivas de los seres humanos. Nuestros perros también pueden contagiarse, por eso, este artículo de hoy va destinado a que conozcas las enfermedades que tu perro o perra puede desarrollar.
Brucelosis canina: La brucelosis canina es una enfermedad que, por fortuna no es letal, pero sí que es crónica, esto significa que tu perro vivirá toda la vida con esta enfermedad. Afecta a cualquier raza de perro, edad y tanto a machos como a hembras. Los síntomas son:
- En hembras embarazadas puede provocar el aborto de las crías o bien que para cachorros infectados, cuya esperanza de vida es muy baja.
- En machos, inflamación de los testículos que lleva a que sean estériles y problemas en todo el aparto reproductor.
- Tanto en machos como en hembras, puede producir uveitis, problemas oculares que deben tratarse.
No es fácil el diagnóstico, por lo que la mejor manera de tratar la enfermedad es la prevención.
Herpesvirosis canina: También es crónica y en perros adultos afecta con la aparición de rinitis, conjuntivitis y lesiones en el aparato reproductor que serán más habituales en épocas de estrés, sin embargo, en cachorros recién nacidos produce la muerte en todos ellos. Una vez más, la prevención es la mejor arma.
Tumor venéreo canino: como su nombre indica, se trata de una enfermedad de transmisión sexual que aparece como tumor carnoso en las zonas genitales del perro, pero también puede aparecer en zonas de la cara como boca, lengua, ojos o nariz. Por fortuna, no es una enfermedad crónica, por lo que una vez el tumor es extirpado y se trata con quimioterapia, el perro ya será clínicamente sano.
Estas enfermedades de transmisión sexual también puedes ser contagiadas de otra forma, por ejemplo, cuando una perra infectada lo hace a través del útero a sus cachorros, o si algún perro comiera la placenta de alguna perra recién parida. Esto es común en perreras o criaderos donde hay mucha población canina.
Por tanto, como siempre, prevenir. La esterilización es la mejor arma para prevenir estas enfermedades, y ante cualquier duda, la visita al veterinario es crucial para su diagnóstico y futuro tratamiento.