La parafimosis canina es un problema poco común que se da en el mayor de los casos en cachorros o en perros ancianos.
La parafimosis canina consiste en la imposibilidad que tiene el perro de retraer su pene hacia su sitio, hacia su envoltura, quedando a la vista los bulbos de la cabeza del pene a ambos lados y el orificio de la uretra en el centro.
Esto suele ocurrir cuando el pene del perro está erecto, los bulbos se llenan de líquido y cuando llega la hora de volver a interiorizarlo se queda en el exterior con el peligro y el dolor que conlleva.
Si observas que tu perro sufre estos síntomas es urgente que lo lleves al veterinario.
De hecho no esperes más de 24 horas en llevarlo al veterinario puesto que la falta de humedad y los roces podrán derivar en una infección y una necrosis que derivara en la amputación del miembro.
Es un problema muy doloroso para tu perro, puesto que el orificio del pene estrangula la parte más inflamada llevando a un riesgo innecesario y de fácil solución en manos de un veterinario.
Cómo actuar ante la parafimosis canina
Si observas a tu perro en esta situación, lo primero que debes hacer es introducir a tu perro hasta la altura del abdomen en agua fría para lograr que los bulbos del pene se contraigan.
Puedes aplicar vaselina o lubricante íntimo para que esta operación sea más sencilla, con sumo cuidado porque es muy molesto y doloroso, pero intenta que con el agua fría pueda solucionarse el problema.
Si aún así no logras que se desinflame y el pene vuelva a su envoltorio, es urgente que lleves a tu perro al veterinario.
En un primer intento sedará al perro para mediante jeringas de agua fría y suero pueda desinflamar los bulbos, si no lo logra, tendrá que acudir a la cirugía para realizar un corte en el orificio de la envoltura del pene para poderlo abrir más y facilitar la entrada.
El tratamiento inmediato es de suma importancia, puesto que no hay un método de prevención para evitar la parafimosis.
Causas
Como hemos comentado, la parafimosis es el resultado de la incapacidad del pene para retraerse dentro del prepucio.
Las causas pueden ser variadas, incluyendo traumatismos, infecciones, inflamación, problemas anatómicos congénitos o adquiridos, e incluso la higiene deficiente.
También puede ser consecuencia de una manipulación excesiva del área, ya sea por parte del propio perro o por intervenciones humanas.
Peligros y complicaciones
1. Infecciones:
El pene expuesto y sin protección es susceptible a infecciones bacterianas y fúngicas.
La falta de higiene o el ambiente contaminado pueden exacerbarse por la presencia de tejido expuesto y húmedo.
2. Lesiones:
El roce constante con el suelo o con objetos puede causar lesiones en el pene expuesto.
Esto incluye cortes, abrasiones y, en casos extremos, heridas más profundas que pueden complicarse con infecciones secundarias.
3. Problemas de circulación:
Si el pene permanece atrapado fuera del prepucio por períodos prolongados, puede desarrollarse un edema, o hinchazón, debido a la restricción de la circulación sanguínea.
Esto puede llevar a necrosis o muerte del tejido si no se trata a tiempo.
4. Dolor y malestar:
La parafimosis es una condición dolorosa para el animal afectado.
El dolor y la incomodidad pueden llevar a cambios en el comportamiento, como irritabilidad o depresión.
5. Dificultad para orinar:
En algunos casos, la parafimosis puede interferir con la capacidad del perro para orinar, lo que podría desencadenar problemas urinarios graves o incluso una obstrucción, la cual es una emergencia médica.
Tratamiento
Ya hemos comentado brevemente, que el tratamiento varía según la severidad de la condición y las causas subyacentes.
Algunas de las intervenciones comunes incluyen:
- Lubricación y manipulación manual: Aplicación de lubricantes estériles para intentar retraer suavemente el pene hacia el prepucio. Esto debe hacerse con extremo cuidado para no causar más daño.
- Medicación: Uso de antiinflamatorios, analgésicos y, en casos de infección, antibióticos para manejar el dolor, reducir la inflamación y tratar infecciones secundarias.
- Cirugía: En casos donde no se logra resolver el problema de forma conservadora o cuando existen deformidades anatómicas, se puede requerir una intervención quirúrgica para corregir el problema.
- Cuidado postoperatorio y prevención: Mantenimiento de una higiene adecuada, uso de protectores cuando sea necesario y vigilancia constante para prevenir recurrencias.
Conclusión
La parafimosis en perros es una condición seria que requiere atención veterinaria inmediata para evitar complicaciones graves.
La prevención a través de una buena higiene y el cuidado regular son fundamentales para minimizar los riesgos de esta afección.
Los adoptantes de mascotas deben estar atentos a los signos de problemas y consultar al veterinario ante la primera señal de anomalía en el área genital de sus perros.
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