¿Cómo podemos saber a simple vista que un perro está sano? Pues bien, físicamente, el perro debe cumplir una serie de criterios:
- Cuerpo: sin dolor, bultos ni rigidez.
- Pelaje: limpio, brillante y desenredado.
- Piel: suave, limpia, seca, sin olor, sin parásitos.
- Patas: sin dolor, flexibles, sin hinchazones ni bultos.
- Costillas: no muy prominentes ni cubiertas por una capa de grasa.
- Abdomen: no debe abultar, solo debe abultar en cachorros.
- Orejas: rosadas, suaves, limpias, sin olor ni aceitosas.
- Ojos: sin legañas, transparentes, brillantes, membranas rosadas.
- Nariz: fría y húmeda, sin grietas ni cambios de color.
- Dientes: blancos, sin sarro.
- Encías y lengua: rosadas, húmedas, sin sangre ni bultos.
- Pies: sin nudos, llagas ni suciedad entre los dedos.
- Almohadillas plantales: sin cortes ni ampollas.
- Uñas: recortadas, que apenas toquen el suelo.
- Ano: debe estar limpio, seco, sin bultos ni irritación.
Si observas que tu perro cumple con todas estas condiciones, garantizarás una calidad de vida alejada de molestias o dolor, que pueden influir no solo en el físico del perro, si no en su estabilidad y equilibrio conductual.
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