Los que amamos a los animales, especialmente los perros, nos preguntamos muchas veces cómo hay gente que es capaz de realizar atrocidades con animales inocentes, indefensos, que no solo no tienen cómo defenderse sino que no hay excusa ni justificación alguna para el sufrimiento animal, sin embargo, ¿por qué se da?.
¿Hay un perfil psicológico del maltratador de animales?
El perfil del maltratador animal
Sí, hay un perfil definido.
Y algo que nos ha sorprendido mucho, es el alto porcentaje de maltratadores animales que son menores de edad: más de un 30%, la mayoría varones, y la mayoría mayores de 12 años.
Los maltratadores animales son personas que disfrutan torturando y lo hacen por multitud de complejos.
El maltratador animal siente que torturando animales esmás fuertes, superior.
Debe quedar muy claro que el desarrollo de una personalidad maltratadora se da en el núcleo familiar.
Las causas que llevan a un niño a ser maltratador de animales tiene que ver mucho con las vivencias y la educación que se lleva a cabo en casa: víctimas de abusos, víctimas de abandonos, falta de empatía, imitación de la violencia que ha vivido en casa, el desprecio a otros seres como inferiores al ser humano, etc.
El niño que se desarrolla en un núcleo en el que se dan estos factores de riesgo, que por tanto presenta numerosas carencias afectivas, y que empieza a maltratar a los animales siendo menor de edad, tiene hasta 5 veces más probabilidades de convertirse en un maltratador familiar.
¿Cómo evitar que un niño se convierta en un maltratador? Es fundamental educar desde la familia y la escuela en valores: empatía, altruismo, tolerancia hacia lo diferente, y sobretodo, respeto hacia los animales.
El especismo
Otro de los principales problemas es que se ha solido educar desde el especismo.
¿Esto que significa? El especismo considera el ser humano superior a cualquier otro animal.
Esta visión debe cambiar, como he comentado, desde la familia y la escuela, pero también desde la sociedad, sobre todo en el ámbito jurídico y legislativo.
Hasta que las leyes no cambien su visión especista y sea tan justa en el maltrato o crueldad hacia los animales como lo es hacia las personas, difícil tenemos que no sigamos viendo en los medios de comunicación atrocidades como quemar vivas a criaturas inocentes, colgarlas de un árbol, enterrarlas vivas o acribillarlas a perdigonazos.
