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Hasta siempre, Excálibur

Excálibur. ¿Quién no conoce a este perro que de la noche a la mañana ha pasado de ser un perro común, de una familia común, a convertirse en, desafortunadamente y como en otros muchos más casos, en el símbolo de la vergüenza de la especie humana?

Excálibur fue sacrificado el pasado miércoles 08 de octubre porque su propietaria, Teresa Romero, auxiliar de enfermería de un hospital de Madrid, fue contagiada con el virus del Ébola mientras cuidaba de un religioso enfermo trasladado desde África donde se contagió y que acabó falleciendo, no sin antes contagiar a Teresa y sembrar el pánico en todo el país, donde Teresa sigue a estas horas luchando por su vida y más de 50 personas en observación por posible contagio.

Pero Excálibur no corrió la misma suerte. Simplemente porque no fue humano. Solo fue un perro. Y la Comunidad de Madrid lo tuvo claro: el sacrificio. Ni siquiera se planteó una cuarentena, un aislamiento para Excálibur, una oportunidad. No hubo nada de eso. Solo una inyección letal.

Y surgió un debate que dividió a España: los defensores de la vida y los derechos de Excálibur y los detractores que opinan que los derechos de Excálibur están muy por debajo de los derechos humanos. Entre ellos, el derecho a la vida. Pero, vayamos por partes: ¿tan peligroso era Excálibur para la sociedad?

Poco se sabe del virus. Pero lo que sí que se sabe es que los únicos contagios de ébola a humanos por parte de otros animales demostrados, han sido de murciélagos, simios e incluso algún antílope.

A comienzos del año 2000, Eric Leroy, director general del Centro Internacional de Investigaciones Médicas y su equipo, realizaron un estudio en Franceville, Gabón, en el que demostró que los perros sí pueden ser contagiados por el virus, pero sin mostrar síntoma alguno. Examinaron a 439 perros de distintas aldeas que fueron vistos comiendo cadáveres de animales infectados por ébola. De las muestras que extrajeron, 9 de cada 25 perros, evidenciaron anticuerpos del ébola, por haber estado expuestos al virus o infectados. Sin embargo, ninguno de ellos presentó evidencia de contagiar a humanos.

Esto no significa que los perros no puedan contagiar, pero no hay nada documentado que lo confirme.

Otro estudio llevado a cabo por el doctor Stephen Korsmann con perros, de la Universidad de Cabo Verde, sugería que los contagios podrían realizarse con el contacto con orina, heces o saliva, por lo tanto, un perro infectado podría transmitir el ébola lamiendo la boca, alguna herida o cualquier fluido corporal o mordiendo a una persona. Sin embargo, tampoco está probado.

Excálibur podría haber salvado la vida y hubiera podido ayudar a entender mejor esta enfermedad contagiosa, ¡si es que hubiera estado contagiado! Pero le mataron si saber si estaba contagiado o no. Y la indignación es total.

Excálibur es la primera víctima del ébola en España, sin saber si era portador del virus.

Esto demuestra, aparte de que España no está preparada para albergar enfermos de ébola, que una vez más la superioridad humana está por encima de cualquier otra especie, en este caso, la canina.

Desde aquí, hasta siempre Excálibur.

#AguantaTeresa

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