Si en 1979 el Gobierno de China tuvo que poner en marcha su «política de hijo único» para evitar un crecimiento demográfico insostenible, a pesar de lo cual el país cuenta ya con más de 1.300 millones de habitantes, algunas ciudades como Cantón, Chengdu y ahora Shanghai han acabado adoptando medidas similares para sus perros.
El Gobierno de Shanghai acaba de aprobar una ley, llamada «de perro único», que entrará en vigor el próximo 15 de mayo y que prohibirá que los habitantes de la ciudad puedan tener más de un perro registrado por familia censada, exceptuando aquellas que ya los tuvieran con anterioridad.
Del mismo modo que se calcula que hay unos cuatro millones de inmigrantes de otras provincias chinas que viven ilegalmente en Shanghai (de unos 23 millones de habitantes, hay censados 19,3 millones, 14,9 millones de ellos en el centro urbano), se calcula que hay en la ciudad 800.000 perros, pero sólo 200.000 registrados.
Además, debido a las más de 140.000 denuncias sobre ataques de perros no censados a personas el Gobierno local ha reaccionado prohibiendo los perros grandes y los considerados de caza o de ataque, y ha congelado la solicitud de licencias hasta el próximo 15 de mayo, cuando entrará en vigor la nueva normativa y se prevé que las fuerzas policiales tendrán que adoptar y gestionar la reubicación de miles de perros.
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