perros con Doña Rosita

Una historia real: Doña Rosita, el ángel de los perros callejeros

perros con Doña RositaEsta historia nos la manda Rosalba, que cada día de camino a su trabajo se cruzaba con Rosita, y nos quiere contar su historia y su relación con los perros, un ejemplo a seguir:

Me es difícil tratar de hacer breve una historia tan emotiva y motivadora a la vez…
¿Cómo empezó todo? Tengo algunos años viendo a una señora de cabello blanco, caminar frente al lugar donde trabajo con una camada de perros tras ella (antes cinco o seis, ahora dos o tres -pues gente sin escrúpulos los ha ido matando) caminando erguida cargando consigo un bote lleno de huesos; salir por las mañanas a darle de comer a las palomas que la obedecen cuando las llama.
Mi curiosidad fue aumentando al ver esta escena casi todos los días y entonces quise conocerla. Poco a poco me ha permitido saber la historia de su vida y fue por ello que le pedí permiso a Doña Rosita Chavarín «Rosita» que actualmente tiene 82 años, para hacer pública una parte de su vida y su hermosa relación con su familia más cercana: los PERROS.

La he convencido -creo yo- porque le he dicho que espero que otra gente al conocer su historia, pueda llegar a querer a los animales como ella los quiere.

Nació el 30 de agosto de 1930 y es originaria de Ameca Jalisco. Por circunstancias de la vida, tuvo que vivir escondida y sola con sus amigos: 30 perros y 2 coyotes que se unieron a la manada y que ella con sus pocos ingresos alimentaba de los 9 a los 11 años (pues quedo huérfana a los 7) en una especie de cuevas-escondites y entre los árboles, lugar al que su mamá -antes de morir- algunas veces le había llevado, pues en esa época aún algunas gentes llegan a esconderse por motivo de la guerra de los cristeros, lugar donde a su papá le tocó ocultarse.

Al quedar huérfana se vio obligada a trabajar duramente como ayudante en los comercios que había en el pueblo; algunos de los perros la seguían desde su «hogar» hasta el trabajo y una vez que terminaba su trabajo, regresaban juntos a su cueva que servía de casa no sólo para ella, sino también para los perros y los dos coyotes.

Actualmente, sale a trabajar algunos días de la semana para poder vivir y alimentar a su familia que vive con ella: Thalia (chihuahuita blanca), Yuri (una preciosa perrita blanca peluda) y Paquita (una gata algo gordita). Pero no son los únicos animales a quienes cuida: están los perros «callejeros» que se juntan frente a su banqueta a quienes diariamente les tiene un plato enorme lleno de agua y comida casera -que algunos pocos vecinos le dejan cada mañana en la banqueta- y los huesos que puede conseguir y trae caminando desde lejos en su viejo bote blanco.

A pesar de las circunstancias adversas que la vida le impuso, su no muy buena salud y una serie de enemigos que ha «adquirido» por defender a los animales de las crueldades que hacen con ellos, Rosita sigue luchando, se levanta muy temprano y aún en pijama, una de sus primeras actividades al despertar es darle Gracias a Dios y calentar un poco de comida para sus perritas y su gata; más tarde toma sus medicinas y su desayuno.

CREO QUE SI TRATAMOS DE APRENDER E IMITAR LOS ASPECTOS BUENOS QUE TIENEN ALGUNOS SERES HUMANOS PODRÍAMOS HACER DE ESTE MUNDO Y NUESTRAS MASCOTAS ALGO MEJOR.

Muchas gracias, Rosalba, por tu testimonio.

Si tienes una historia relacionada con perros que contar y quieres compartirla, no dudes en hacérmela llegar a sandra@wordpress-698798-2528321.cloudwaysapps.com

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