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Nuestros perros contribuyen a la lucha contra la enfermedad de Alzheimer

perrosSeptiembre fue el mes de la movilización mundial contra la enfermedad de Alzheimer. Millones de personas en el mundo sufren de esta enfermedad y cientos de miles de nuevos casos son diagnosticados cada año. No hay cura todavía, pero existen numerosas investigaciones que buscan comprender mejor la enfermedad y desarrollar soluciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

¿Cuál puede ser la contribución de nuestros perros en esta batalla?

La más conocida es la muy apreciada “terapia con animales”, la cual patentiza el aumento del bienestar general en las personas que sufren de Alzheimer cuando permanecen en contacto con sus mascotas. Aunque manejamos el concepto teórico que sustenta esta terapia, a saber que, al contacto con un perro, por ejemplo, de una persona sometida a estrés, produce menos cortisol, la hormona del estrés, y mas neurotransmisores de efecto positivo como la oxitocina o la dopamina y que  muchas observaciones clínicas realizadas con personas con Alzheimer muestran que la presencia de un animal crea una mejor conexión con la realidad y permiten la estimulación emocional; todavía es poca la inversión en la investigación de una prueba científica formal por lo que este campo científico continua siendo muy prometedor.

Existe otra posible contribución de nuestros animales en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer, menos conocida pero que merece un estudio más concienzudo. Nuestros perros mayores pueden desarrollar una enfermedad llamada disfunción cognitiva canina (CCD –por sus iniciales en ingles-), que es muy similar a las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer en humanos. Una mayor información sobre esta enfermedad y su prevención, no sólo aliviaría el sufrimiento de nuestros semejantes, sino que también contribuiría en el desarrollo y descubrimiento de nuevas soluciones para la enfermedad de Alzheimer.

Con la extensión de la vida de nuestros perros, la disfunción cognitiva canina (CCD) se presenta cada vez con mayor frecuencia, sobre todo, después de los ocho años de edad. Los estudios epidemiológicos indican que un perro de cada cinco podría estar sufriendo CCD después de los 10 años. Alteraciones en el ritmo del sueño, variaciones en la interacción social con los miembros de la familia, signos de desorientación en la casa  y/o  cambios en los hábitos de limpieza, son todos efectos producidos por el deterioro del sistema nervioso y son observados también en los seres humanos que padecen la enfermedad de Alzheimer. Estos síntomas se expresan a nivel cerebral por la formación y acumulación de placas de beta amiloide extracelular y acumulación de péptido o proteína Aß tau dentro de las células nerviosas. La similitud entre las dos enfermedades es extraordinaria. Ya que los perros viven vidas más cortas que las nuestras, la tasa de variación del deterioro cerebral es cuatro veces más rápida. En la búsqueda del bienestar de nuestros animales, es importante encontrar soluciones que prevengan o retrasen el desarrollo de la CCD, lo que a su vez puede abrir nuevas vías para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer dado la gran similitud entre las dos enfermedades.

En Arcanatura trabajan en la prevención del la CCD en los perros. Elaboran suplementos dietéticos con ácidos grasos omega-3  -DHA en particular. La investigación y el conocimiento de los mecanismos de acción de esta molécula sigue creciendo y Arcanatura forma parte activa en ello. El DHA es un componente de la célula nerviosa, que tiene efectos anti-inflamatorios, evita la formación de placas de beta amiloide -que a su vez es el precursor de un mediador descubierto recientemente D1 neuroprotectine- y tiene efectos antioxidantes. Han desarrollado una fuente de DHA de alta calidad proveniente del fitoplancton para ser suministrada como suplemento alimenticio: Resolution 3, que previene efectivamente la aparición de la CCD.

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