Sucedió en Taiwan. La veterinaria Jian Zhicheng eutanasió más de 700 perros tras la política que regía el centro de adopción de animales que ella misma dirigía.
Como sucede en numerosos centros de adopción, aquellos perros que no son adoptados dentro de un tiempo estipulado por el centro, son sacrificados dada la incapacidad de los centros de albergar a más perros que son abandonados diariamente en el mundo. Y es que cuando llega un nuevo perro al centro, no está permitido por ley rechazarlo por falta de sitio. Haya o no haya sitio en el centro, deben quedarse con el perro.
En el centro que dirigía Jian con capacidad para 500 perros y 100 gatos, se daba un periodo de tan solo 12 días para los perros que recién llegaban al centro pudieran ser adoptados. Si no eran adoptados, Jian era la encargada de sacrificarlos eutanasiándoles con una inyección letal, ya que el número total de perros siempre excedía las 500 plazas.
El problema surgió cuando apareció en una programa de televisión en el que le hicieron una entrevista y reveló el problema de los centros de adopción animal y el pesar que tenía al tener que eutanasiar ella misma como veterinaria diariamente a decenas de perros porque nadie los adoptaba. Jian estaba sufriendo una depresión severa por la situación que vivía en el centro diariamente. Su profesión como veterinaria era la de curar y salvar la vida de los perros, no quitársela.
Pero nadie supo entenderla y tras su aparición en el programa de televisión recibió tantas críticas e insultos, que decidió tomar la decisión de quitarse la vida inyectándose el mismo medicamento que utilizaba para eutanasiar los perros y lo hizo no sin antes dejar escrita una carta: «La vida humana no es diferente de la vida de un perro. Moriré con los mismos medicamentos que se utilizan para poner a los perros a dormir en paz.»
Una triste noticia que nos hace reflexionar sobre lo necesaria que es la esterilización en nuestras mascotas, lo urgente que es adoptar antes que comprar por capricho y la falta que tienen muchos gobiernos para involucrarse en esta causa y tomar medidas estrictas para evitar todo este daño, tanto a los perros que son las mayores víctimas, como las personas que trabajan en este mundo y que día a día ven y sienten las atrocidades que suceden con los que son nuestros mejores amigos.