Seguramente habrás compartido muchas veces con otras personas que sientes que tu perro te comprende, pero hasta ahora nunca se había comprobado científicamente.
El departamento de psicólogos de la Universidad de Goldsmiths, en Londres, ha realizado un estudio mediante una serie de experimentos en el que comprobaron que, efectivamente, los perros sienten nuestro dolor, nuestra pena o nuestra tristeza.
El experimento, en el que participaron 18 perros con sus respectivos dueños, así como personas desconocidas, funcionaba del siguiente modo: tanto dueños como personas desconocidas tenían que realizar diferentes expresiones como hablar, tararear, gemir o susurrar, y comprobaron como cada uno de los perros, cuando alguna persona fingía llorar, se acercaba a la persona inmediatamente para buscar el contacto físico con el objetivo de aliviar el dolor de forma sumisa.
Comprobaron entonces que, efectivamente, el perro era capaz de diferenciar cuándo una persona estaba feliz, contenta o tranquila, de cuando estaba triste o con dolor.
Este comportamiento empático, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona para saber cómo se siente, no se acaba en estas emociones. Muchos de vosotros habréis podido comprobar también la facilidad con la que a un perro se le pega el bostezo de su propietario. De hecho, de cualquier persona, solo que la probabilidad de que se pegue el bostezo de su propietario aumenta hasta 5 veces más rápido que el bostezo de un desconocido.
Aunque la capacidad empática de los perros hacia los seres humanos no es la misma que de la de los seres humanos a los perros, las personas que logran un vínculo especial con su perro, pueden llegar a una fidelidad tal que logran sentir como propio el dolor que puedan sentir ellos. Así también, muchos consiguen ser un miembro más de la familia, por lo que el fallecimiento del perro llega a sentirse casi igual que si muriera un familiar.
¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Has sentido alguna vez que tu perro te comprende? ¿Le has pegado alguna vez algún bostezo?
Mi hija se llama Felicidad, pero todos la conocen como Fefé. Ella es muy alegre, amorosa y extremadamente activa , tiene una alta sociabilidad con las personas, y a medida que ha ido creciendo ha perdido un poco la facilidad de relacionarse con otros perros, sobre todo si son hembras y claro está si son gruñonas. A ella la adopté hace dos años, y desde muy pequeñita demostró su empatía conmigo, cuando pequeñita enfermó, tenía que echarle una crema entre las piernas y evitar que se lamiera para que surtiera efecto, durante esos minutos la cargaba y le cantaba para que se calmara, le cantaba «close to you» de los Carpenters, ella colocaba su cabeza junto a mi cuello y suspiraba hondamente. Otras veces cuando he pasado por situaciones muy difíciles como la muerte de mi padre y lloraba, ella se acercaba a mí, con suaves movimientos, me ponía la patita en las piernas y me pedía que la cargara para que luego pudiera lamer mis lágrimas y hasta parecía que me abrazaba con su patitas delanteras. Otras veces cuando estoy alegre salta y corre, se aloca por la casa y pareciera querer decir que está igual de feliz que yo. Ella es indudablemente una alegría para mí, tanto que cuando la veo correr en le parque o subir y bajar por los acantilados me transmite su felicidad y no puedo dejar de sonreir al verla así.
Comprenderán ahora por qué ella no es mi mascota, sino mi hija. Es una belleza y la adoro.
Yo tuve un Coker spaniel que era de mis papàs, me lo quede cuando ellos murieron y a veces, cuando lloraba recordandolos, se acercaba moviendo la cola y me lamia las manos como diciendo, tranquila, no pasa nada. Ahora yo tengo dos perritas a las que tambièn considero como mis hijas, hasta la gente se refiere a ellas como tus hijas y no tus perritas.
Yo tengo una linda perrita Chihuahua que adopte hace un tiempo. Yo soy Instructora de Yoga y Meditacion y mi perrita, que por cierto se llama «Yoga» puede percibir con mucha claridad las emciones de mis alumnos. Cuando siente ha alguien «cargado» se acerca y lame sus manos o le lleva un juguete. Ella suele ser timida pero cuando siente a alguien triste o tenso, se olvida de la timidez y va a consolar. Es de hecho mi termometro emocional. No se que haria sin ella…