Antiparasitarios o cómo mejorar la calidad de vida de tu perro

Ante la llegada de la primavera y con ella las altas temperaturas, debemos preparar a nuestros perros frente a los parásitos.

Para ello, los antiparasitarios son nuestros mejores aliados. 

Los antiparasitarios son medicamentos diseñados para combatir y prevenir infestaciones de parásitos en los animales, incluyendo perros. 

Los parásitos a los que hacemos referencia son pulgas, garrapatas, ácaros y, los más temidos, los flebótomos, responsables de la temida leishmaniasis.

El uso regular de antiparasitarios en perros es crucial por varias razones que pueden salvar literalmente la vida de tu perro.

Los antiparasitarios se presentan en diferentes formatos: collares, pipetas, pastillas, spray…

Como ejemplo de pipetas antiparasitarias tenemos Effitix, que protegen durante 4 semanas frente los 4 principales parásitos: flebótomos, pulgas, garrapatas y mosquitos.

Nos referimos a no solo prevenir enfermedades en nuestros perros y su bienestar general, sino al control de plagas y a la protección de la salud pública.

La administración regular y adecuada de antiparasitarios es esencial para mantener a los perros saludables y prevenir problemas graves asociados con las infestaciones parasitarias.

Las enfermedades que los antiparasitarios pueden prevenir en tu perro

Muchos adoptantes no son conscientes de la cantidad y peligrosidad de las diferentes enfermedades que pueden provocar los diferentes parásitos.

Las pulgas

¿Qué puede ocurrir si no usamos antiparasitarios en nuestros perros y es infestado por pulgas?

Algunas de las principales enfermedades a las que puede enfrentarse son

  • Dermatitis alérgica por pulgas: Es una reacción alérgica a la saliva de la pulga. Incluso una sola picadura puede desencadenar una intensa picazón y molestias en perros sensibles, llevando a lesiones en la piel, pérdida de cabello y enrojecimiento. De hecho, es una de las causas más comunes de dermatitis en perros.
  • Anemia: Las pulgas se alimentan de la sangre de los perros, y una infestación grave puede conducir a la pérdida de sangre suficiente como para causar anemia, especialmente en cachorros y perros pequeños.
  • Infecciones secundarias: Las pulgas pueden causar lesiones en la piel a través de sus picaduras, lo que crea un entorno propicio para infecciones bacterianas secundarias.
  • Parásitos transmitidos por pulgas: Algunas pulgas actúan como vectores para otros parásitos. Por ejemplo, las pulgas pueden transmitir tenias (gusanos intestinales) cuando el perro ingiere pulgas infectadas durante el acicalamiento.
  • Problemas de comportamiento: La picazón constante y el malestar causados por las pulgas pueden provocar cambios en el comportamiento del perro. Pueden volverse irritables, ansiosos o mostrar signos de agresión debido a la incomodidad.

Las garrapatas

Las garrapatas son portadoras de diversas enfermedades que pueden afectar a los perros. Al alimentarse de la sangre de sus huéspedes, las garrapatas pueden transmitir microorganismos patógenos. 

Algunas enfermedades que las garrapatas pueden provocar en los perros si no prevenimos con antiparasitarios son:

  • Enfermedad de Lyme: Causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, la enfermedad de Lyme puede ser transmitida a través de la picadura de garrapatas. Los síntomas pueden incluir fiebre, cojera, hinchazón en las articulaciones y malestar general.
  • Babesiosis: Esta enfermedad es causada por protozoos del género Babesia, que son transmitidos por garrapatas infectadas. Puede provocar fiebre, letargo, anemia, pérdida de apetito y otros síntomas.
  • Anaplasmosis: Causada por la bacteria Anaplasma spp., es otra enfermedad cuyos síntomas pueden incluir fiebre, cojera, letargo y pérdida de apetito.
  • Ehrlichiosis: Esta enfermedad es causada por la bacteria Ehrlichia canis, que puede ser transmitida por garrapatas. Los síntomas pueden variar, pero incluyen fiebre, pérdida de apetito, letargo, y en casos graves, problemas de coagulación y sangrado.
  • Enfermedad de la fiebre manchada de las Montañas Rocosas (RMSF): Transmitida principalmente por la garrapata marrón del perro, Rhipicephalus sanguineus, la RMSF es causada por la bacteria Rickettsia rickettsii. Los síntomas pueden incluir fiebre, letargo, pérdida de apetito y erupciones cutáneas.
  • Enfermedad del tifus canino: También causada por Rickettsia spp., sus síntomas incluyen fiebre, letargo, pérdida de apetito y, en casos graves, problemas respiratorios.

Es importante tener en cuenta que no todas las garrapatas transmiten enfermedades y que la prevalencia de estas enfermedades puede variar según la región geográfica. 

Los ácaros

Solemos escuchar hablar siempre de pulgas y garrapatas, sin embargo, poco se habla de los ácaros.

Los ácaros son microorganismos diminutos que pueden provocar diversas enfermedades en los perros. 

Estos parásitos pueden afectar la piel, oídos y otros órganos de los perros, causando molestias y problemas de salud. 

Algunas enfermedades comunes provocadas por ácaros en perros son:

  • Sarna: La sarna es una enfermedad de la piel causada por diferentes especies de ácaros. La sarna sarcóptica es provocada por el ácaro Sarcoptes scabiei, mientras que la sarna demodécica es causada por el ácaro Demodex canis. Ambas formas de sarna pueden causar picazón intensa, pérdida de cabello y lesiones cutáneas.
  • Otodectosis (ácaros del oído): Los ácaros del oído, como Otodectes cynotis, pueden infestar los oídos de los perros. Esto provoca picazón intensa en los oídos, sacudidas frecuentes de la cabeza y, en casos graves, puede causar infecciones secundarias.
  • Demodicosis generalizada: Además de la sarna demodécica localizada, que afecta áreas específicas de la piel, existe la demodicosis generalizada. Esta forma más extensa de la enfermedad es causada por una proliferación excesiva del ácaro Demodex canis y puede resultar en pérdida de cabello generalizada, inflamación de la piel y otras complicaciones.
  • Ácaros trombicúlidos (ácaros de la cosecha o larvas de trombiculídeos): También conocidos como «ácaros rojos», estas larvas pueden causar la llamada «sarna de la cosecha» o trombiculiasis. Provocan picazón intensa y lesiones cutáneas en áreas de contacto con el suelo, como patas y abdomen.
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Los flebótomos

Los flebótomos son insectos pequeños, conocidos comúnmente como mosquitos de arena, que pueden transmitir diversas enfermedades a los perros.

Estos insectos son vectores de protozoos del género Leishmania, que son los principales agentes causantes de la leishmaniasis. 

La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria que puede afectar la piel, las mucosas y los órganos internos de los perros. 

Pueden provocar dos tipos de leishmaniasis:

  • Leishmaniasis visceral: Es la forma más grave de leishmaniasis y afecta principalmente a los órganos internos, como el hígado, los riñones y el bazo. Los síntomas pueden incluir pérdida de peso, debilidad, pérdida de apetito, crecimiento excesivo de las uñas, sangrado nasal y problemas en la piel, como úlceras y pérdida de cabello.
  • Leishmaniasis cutánea: Esta forma de leishmaniasis afecta principalmente la piel y las mucosas. Los síntomas pueden incluir lesiones cutáneas, pérdida de cabello alrededor de los ojos y la cabeza, úlceras en la piel y crecimiento anormal de las uñas.

La leishmaniasis se transmite a través de la picadura de flebótomos infectados con el parásito Leishmania. Estos mosquitos suelen habitar en áreas cálidas y húmedas y son más comunes en regiones subtropicales y tropicales.

Por qué los antiparasitarios pueden evitar todas estas enfermedades

Los antiparasitarios para perros, como los que se aplican tópicamente, se administran oralmente o en forma de collares, están diseñados para prevenir y controlar diversas infestaciones parasitarias. 

Un ejemplo de collar antiparasitario para perros es el Prevendog de Virbac, que protege a los perros frente a las picaduras de flebótomos, transmisores de la leishmaniosis (12 meses), mosquitos (6 meses) y garrapatas (6 meses)

Aunque no todos los antiparasitarios previenen todas las enfermedades parasitarias, muchos de ellos están formulados para abordar múltiples tipos de parásitos. 

Muchos antiparasitarios están formulados con un amplio espectro de acción, lo que significa que son efectivos contra una variedad de parásitos. Por ejemplo, algunos antiparasitarios solo abordan pulgas, otros pueden abordar pulgas, garrapatas, ácaros e incluso prevenir la picadura del temido flebotomo.

Algunos antiparasitarios actúan interfiriendo con el desarrollo de los parásitos, ya sea impidiendo su reproducción, alterando su metabolismo o afectando su sistema nervioso. Esto ayuda a prevenir la madurez y propagación de los parásitos.

Muchos antiparasitarios tienen una duración efectiva que se extiende más allá de una única administración. Esto significa que proporcionan protección continua durante un período específico, lo que ayuda a prevenir nuevas infestaciones.

Algunos antiparasitarios también pueden tener un efecto en el entorno del perro, ayudando a controlar las etapas inmaduras de los parásitos (como larvas y huevos) presentes en el ambiente. Esto contribuye a reducir la carga parasitaria general.

Al prevenir la infestación parasitaria, los antiparasitarios también ayudan a prevenir las enfermedades asociadas causadas por esos parásitos. Por ejemplo, la prevención de pulgas y garrapatas ayuda a reducir el riesgo de las enfermedades anteriormente mencionadas.

La administración regular y adecuada de antiparasitarios, según las indicaciones del veterinario, es fundamental para mantener una protección efectiva a lo largo del tiempo.

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